
El atletismo griego conoce una sola clase de salto: el salto en longitud con impulso: no se practica el salto en altura, ni en profundidad, ni con garrocha o pértiga; el salto sin impulso se admite únicamente a título de ejercicio preparatorio. Tampoco en este caso la técnica coincide con la nuestra: la carrera es más breve y menos rápida. El atleta se lanza desde un podium fijo (se utilizarían sin duda las instalaciones de la línea de salida del estadio) y cae sobre un piso mullido y aplanado; la prueba sólo era válida cuando las huellas de los pies quedaban nítidamente impresas en el suelo, de modo que se descartaban los resbalones, las caídas, y según parece, la caída con un pie más avanzado que el otro
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